Teníamos ganas de probar este restaurante, ya que hemos ido a los que tienen en la zona de Murcia y nunca defraudan.
Queríamos comprobar si la apuesta por Orihuela merecía la pena.
Ocho comensales en mesa conocedores de la profesión ( los hosteleros en otro local nos volvemos tikismikis), y la verdad, dicho por todos, es que este local tiene todos los ingredientes para triunfar.
El personal varía en edad, en una horquilla de entre 18 y 50 años, lo cual es de agradecer, ver a gente veterana que te atiende con la misma ilusión que seguramente cuando empezó.
El maestro de ceremonias nos atendió personalmente, ( preguntando al inicio por posibles intolerancias o alergias, para poner un plato u otro) y nos relataba plato por plato su composición y elaboración.
Ese servicio está a la altura de muy pocos.
Me pondría a contar cosas de los platos y sus sabores, pero prefiero que vayan ustedes y juzguen, y así me ahorro decir lo bueno y espectacular que está todo.
Detalle para el personal de barra, especialmente a un joven elegante llamado Jose Antonio, su servicio también fue impecable.
Para terminar, decir que espero que Orihuela le dé el valor que tiene este restaurante, porque sumado a otros tantos buenos que tenemos en la ciudad, podamos atraer a nuestros vecinos de alrededores.